Dia No 14 - El Estado prestando directamente el servicio de salud? - Miguel Garcia
Nada más apartado de la lógica y de la realidad económica actuales que
la frase comúnmente esgrimida por quienes dicen representarnos frente al
sistema de salud que aquella: “La salud es un derecho, no es un negocio”
particularmente no siento que dicha frase defienda realmente mis intereses como
usuario y por consiguiente contribuya en el mediano y largo plazo a la provisión
de los servicios que materialicen mi derecho a la salud.
No es para nadie desconocido, que a través del tiempo los individuos en
el afán de satisfacer sus propias necesidades han buscado en forma privada, a
través de la concepción de sus ideas, como proveerse directamente los bienes y
servicios requeridos. Inicialmente tomando dichos bienes de la naturaleza y
posteriormente transformándolos y haciendo bienes más complejos para su propio
beneficio y para el de la sociedad en su conjunto. En la medida que la sociedad
ha evolucionado se han generado mayor demanda, tanto en volumen como de
diversidad de bienes, lo cual produjo la necesidad del intercambio de
excedentes y en general el desarrollo tanto de la producción, como del comercio.
Las ideas que hacen más eficiente la forma de producir los bienes o de
cubrir las crecientes necesidades de las personas, demandan esfuerzo para su
perfeccionamiento y ejecución y posteriormente recompensa frente a ese esfuerzo
incorporado, pareciera que en pocos casos o quizá en ninguno, en forma
permanente e integral y con incremento en los niveles de eficiencia nadie está
dispuesto a resolver las necesidades de la comunidad sin obtener algún
beneficio. Ni siquiera el Estado en la
provisión de bienes y servicios públicos se aparta de esta lógica, pues ni en
el caso de un Estado con producción centralizada, su aparato productivo cubre
la totalidad de la demanda de bienes de su comunidad, viéndose con ello
obligado a salir al mercado a adquirir los bienes que no produce y pagar por la
iniciativa privada incorporada en el precio de dichos bienes.
Que la Salud no debe ser un negocio?, El derecho a la salud, entendido como
un estado de bienestar del individuo y su familia o de del derecho a que no les
sea dañado dicho estado o a que sean rehabilitadas en el caso de su perdida, claramente
no puede ser un negocio es una obligación del Estado, pero dicho derecho solo
se materializa a través del acceso al servicio público de salud en cuyo caso,
puede o bien prestarlo directamente el estado o prestarlo los particulares con
la regulación del Estado.
Alguien que es atendido en una clínica privada con excelentes condiciones de calidad y humanidad se quejaría
por que dicho centro actúe con fines de lucro, o en otras palabras se quejaría
por cuanto la salud no puede ser un negocio y por consiguiente no puede alguien
lucrarse en el proceso de la garantía de mi derecho?
Siendo parte del servicio público de salud la organización de los
diferentes prestadores para la garantía de la integral de los servicios y en
general la administración de un servicio de salud cada vez más complejo, debería
el Estado operar directamente ese servicio público, o debería más bien regularlo eficientemente para
corregir las deficiencias del mercado y para hacer compatibles los intereses
del mediano y largo plazo del estado y de los concesionarios de dicho servicio
en cuanto al mantenimiento de las condiciones de salud de la población y el uso
eficiente de los recursos para generar con ello rentas legales en todos los
niveles del sector que hagan de la salud un negocio sano con las reglas claras para todos los actores?
En mi opinión debe ser un buen negocio, que consista en estimular el
mantenimiento del estado de salud de las personas y el tratamiento oportuno de
la enfermedad, que redunde en salud y reducción de costos y que por la
consecución de dichos objetivos los concesionarios del servicio obtengan
beneficios.
Hoy día está previsto que de la prima, el 90% sea gastado en siniestros
(son recursos del sistema), independientemente de la eficacia de dicho gasto la
EPS solo obtiene beneficios sobre el 10% de la prima que puede destinar a
gastos administrativos.
Miguel Garcia,
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