Dia No 12 - Las PYME y el Mercado de Capitales - Gustavo Trujillo
Antes de esbozar un par de ideas sobre el acceso de las pequeñas y medianas empresas al mercado de capitales, me gustaría aclarar que esto no es más que mi opinión personal sobre el tema y que en ningún caso compromete ni a mis empleadores, ni a mis colegas, ni a los empleadores de mis colegas, en el mejor de los casos, comprometería la opinión de mi esposa, ya que como dicen por ahí, ellas terminan pensando parecido a uno y uno termina haciendo lo que ellas quieren, pero ese será tema de otro post, que desde ya me está dando vueltas en la cabeza.
Las relaciones de las pequeñas y medianas empresas (PYME) con el mercado de capitales y en particular con las comisionistas de bolsa siempre me han parecido muy limitadas, básicamente se refiere a operaciones de divisas (compra y venta de dólares) y al manejo de algunos excedentes de liquidez. Obviamente lo digo desde una perspectiva algo lejana pues yo, particularmente, me desempeño única y exclusivamente en el segmento institucional (AFP´s, Fiduciarias, Aseguradoras, etc.) y mi visión sobre el tema tiende a ser algo tangencial, pero a la vez objetiva, creo yo, pues no necesariamente me compromete laboralmente.
Este fenómeno se debe en parte a la poca educación financiera que se imparte, desde las personas naturales hasta a las grandes empresas y a la creencia generalizada de que cualquier problema o necesidad financiera la resuelven los bancos; lo cual es posible, pero también inexacto, pues muchas veces podemos encontrar soluciones más eficientes que las que nos pueden entregar estos.
La financiación de las PYME es uno de los temas que me parece más crucial y que presenta más inconvenientes para éstas y en el cual debería estar más comprometido el mercado. La emisión de deuda (bonos) es una solución que no solo le genera beneficios a las empresas emisoras, si no también al mercado pues uno de los grandes problemas de éste, en el segmento de Deuda Privada (bonos emitidos por empresas del sector real) es la falta de emisores recurrentes, esto sin contar con que los cupos de riesgo de quienes sí emiten recurrentemente están cada vez más llenos (no tocaremos en este caso el tema de la emisión de acciones).
Las empresas podrían lograr financiación de inversionistas de calidad a tasas sustancialmente menores a las que accederían directamente con los bancos, lo cual mejoraría sus costos e impactaría directamente su rentabilidad. Sin embargo, la culpa de que más empresas no accedan al mercado de capitales en busca de financiación no es solo de ellas mismas y de la falta de educación financiera de la que hablábamos. Quienes hacemos parte del mercado de capitales también somos responsables de que este fenómeno suceda. Más allá de la credibilidad que hemos perdido los comisionistas de bolsa, gracias (o "desgracias") a algunos colegas que se han hecho noticia en los últimos años, por ir totalmente en contra de nuestra responsabilidad del deber de asesoría; existe otro hecho que nos hace responsables de que más empresas no sean parte del mercado.
Tanto los inversionistas finales, como quienes ejercemos como intermediarios o colocadores de nuevas emisiones, nos hemos acostumbrado a que para que una emisión sea buena y exitosa debe ser calificada AAA o en el peor de los casos AA+. Esto pone a las empresas, cuyos números no alcanzan los estándares para acceder a estas calificaciones, a buscar avales y garantías para que las calificadoras las mejoren, que en últimas lo que hacen es encarecer el endeudamiento al que quieren acceder. Por otro lado, los inversionistas tampoco tienen acceso a inversiones a mejores tasas de rentabilidad, pues al subir las calificaciones del activo, bajan las tasas de rentabilidad de éste. Las áreas de riesgo de los inversionistas (y las directivas de estos quienes son en definitiva quienes dictan los parámetros en que se mueven) son en parte responsables, pues su gestión (desde mi punto de vista) debería ser más activa y fomentar la diferenciación de calificaciones para así poder acceder a diferentes y mejores tasas, tener acceso a distintos tipos de riesgo y mejorar la causación de sus portafolios. La legislación, en algunos casos, también puede atar de manos a los inversionistas y sus áreas de riesgo para ser un poco más amplios en su espectro de inversión.
Por consiguiente, debemos hacer un trabajo mancomunado, quienes operamos el mercado de capitales, haciendo el lobby necesario para que se fomente el acceso de las PYME al mercado de capitales, desde las leyes, las regulaciones internas de los inversionistas y fomentando la cultura financiera y de inversión. Esto último sobre todo, acompañando a las empresas y realizando una verdadera función de asesoría con éstas para que entiendan los beneficios de acceder responsablemente al mercado de capitales. Hay un camino largo por recorrer, pero que está ahí y que otros han recorrido exitosamente y que un mercado de capitales como el nuestro que se ha desarrollado a muy buenos pasos, puede llevar con éxito para el bien del mercado mismo, pero sobre todo para el fomento y apoyo a las pequeñas y medianas empresas.
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