Día N° 8 - LO QUE HACE LA DIFERENCIA, LA VERDADERA OLA - Amparo Gavito
Y dice así ….
Desde hace ya varios años hemos
empezado a oír de compromiso o responsabilidad social, ambiental o
sostenibilidad, y cada vez con más frecuencia; hoy muchas veces al día estamos
expuestos a una noticia, publicidad, campaña o cualquier otra cosa sobre sobre
el tema; sin duda, la tendencia ambiental es una realidad para la sociedad, los
estados y las empresas; y no es tan simple como decir que el que no se suba al
bus lo deja, en este caso, el que no se suba al bus lo aplasta y no crean que
es un pequeño bus, se parece más a un biarticulado de Transmilenio, imagínense
como pueden quedar, algo así como una
bolsa plástica no solo por el grosor, también porque tenderían a desaparecer.
Es indudable el impacto de la ola
verde, hay industrias que han visto afectada, directamente y en muy corto
plazo, su viabilidad, es el caso de las productoras de pitillos, que en muy
pocos meses vieron reducidos sus ingresos de forma significativa por las
múltiples campañas que se dieron para reducir su consumo; lo más triste de
todo, desde el punto de vista empresarial, es que el gerente de una de las
empresas productoras, decía en un artículo que leí hace algún tiempo, que ellos venían buscando desde antes de las
campañas una alternativa de producto amigable con el medio ambiente; lo dicho,
no se subieron al bus cuando debían y los aplasto, seguramente tendrán unos
pitillos de papel u otro material biodegradable pronto, o ya los tiene en el
mercado, pero parte del daño está hecho y más aún, si se tiene en cuenta que
este bus es grande, pero no es muy veloz, no pueden decir que no lo vieron
venir, ya hace como 15 años pude leer un estudio de una empresa productora de
envases que asesoré, sobre las tendencias de consumo para los próximos 20 años
(1995-2015) y era claro que las cualidades ambientales serían esenciales para
el consumidor, no creo que fueran un secreto en la industria.
La pregunta entonces es ¿hacia
dónde vamos?, como decía un conferencista en la Cumbre Ambiental que se realizó
en Bogotá esta semana “La sostenibilidad no es una opción, es el único camino
que le queda a las empresas”, ya no pueden cerrar los ojos, deben asumir un
compromiso ambiental y social REAL, ambiental en el uso de materiales no
contaminante, reciclables, abolir estrategias como la obsolescencia programada,
mantener procesos productivos que no afecten el medio ambiente, como mínimo; y
en lo social, los consumidores ya no aceptan que el balance social de una
empresa se limiten a dar determinado número de empleos y por eso el apoyo a
igual número de familias, deben ir más allá,
hacer lo adicional, ya hemos escuchado campañas que buscan que los consumidores sepan en dónde y
en qué condiciones se manufacturan los productos que compran, que después no
digan que no les advirtieron.
En lo personal, me ha costado pero
he ido entrando en la onda, ya no uso pitillos, aunque bebidas como la malteada
son impensables sin pitillo, las bolsas reutilizables me sacaban cada furia,
porque no siempre llevaba una mano, esto me ha servido para dejar de comprar si
no lo tengo planeado y llevo una bolsa,
me he dado cuenta que compraba cosas que realmente no necesitaba;
igualmente, cada vez uso más el transporte público, me ahorro la gasolina, el
estrés del trancón y el parqueadero (que no es poca cosa en estos días); estoy
reciclando con Amazoniko, se los recomiendo, ellos les mandan un kit donde les
explican que reciclan y ustedes pueden programar la recolección por su página
web, a cambio ganan puntos que pueden cambiar por productos ambientalmente
responsables; por otro lado, me cansé de ser víctima de la obsolescencia
programada y de seguir comprando más
aspiradoras que me duraban máximo tres años sin importar la marca, ahora solo
escoba, trapeador, trapos para el polvo, con un perro no es tan fácil, siempre
hay pelos volando, pero por ahora me sostengo en mi decisión, a no ser que
empiecen a vender de nuevo aspiradoras como las que tenía mi abuelita que le
duro toda la vida (no exagero) y soportaba que la usáramos hasta de juguetes,
más de una vez nos sentamos en ella mientras nuestro compinche nos paseaba
halando de la manguera, y la manguera aguantaba, es más, es posible que esta
maravilla de electrodoméstico todavía funcione en la casa de alguna de mis
tías; por ahora, ese es el proceso de mi familia, claro también apagamos las
luces, nos bañamos en menos tiempo, cerramos llave, pero eso ya se debe dar por
descontado, cada día tratamos de implementar nuevos hábitos ambientalmente
responsables.
La pregunta entonces es: ¿y usted
y su empresa que están haciendo?
Quiero agradecer la oportunidad
que me han dado para publicar mis ideas, especialmente a mi amigo, que pensó en
mí, siempre he pensado que cuando sea grande quiero escribir, así que es un
sueño cumplido, lo único que me preocupa, es que, tal vez, solo tal vez, ya sea
grande.
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