Dia No 2 – Nada más Común en las empresas que un Fraude – Ana Isabel Medina
El riesgo de fraude se ha convertido cada vez más en un riesgo inherente a los procesos de dirección estratégica, financiera y operacional de las Compañías, por lo cual se vuelve cada vez más importante para el auditor identificar el riesgo de su existencia dentro de su trabajo, a pesar de que el propósito de su trabajo, ni sus procedimientos estén diseñados para detectarlo.
La norma internacional de auditoría 240 establece los lineamientos y pasos para informar cualquier indicador de fraude, situación o ejecución y evidencia de fraude en los estados financieros.
La norma diferencia entre fraude y error, además establece los dos tipos de fraude relevantes para el auditor: a) malversación de activos y b) emisión de estados fraudulentos.
En los lineamientos de responsabilidad para el auditor en considerar el riesgo de fraude en su auditoria a los estados financieros alude a su actitud de escepticismo profesional, a las respuestas que obtuvo en su evaluación de riesgo como tal y a la comunicación que debe
mantener con la administración y los miembros de sus órganos directivos.
Lo anterior, deriva entonces en que el auditor debe conocer las características del fraude y distinguir entre una acción no intencional y una acción deliberada para catalogar un error o una irregularidad; el fraude esta relacionado con las acciones intencionales por parte de uno o más miembros empleados o de la Administración de la organización en colusión con terceros externos o no, a través de falsificaciones para la obtención de beneficios personales ilegales. El fraude desde la arista de esta norma, también se refiere a la manipulación de información financiera mediante la desviación de un principio contable, alteración, omisión errónea o intencional o falsificación de los registros contables o de
información relevante para la presentación de los estados financieros.
Las encuestas muestran que el 56% de las compañías sufrió un evento de fraude y que una de diez compañías registro más de una de estas situaciones en un plazo de dos años, que el tiempo promedio para que un fraude sea descubierto es de 18 meses y que el 50% de los casos se detectan por denuncias. Según estudios de KPMG el robo de dinero con el 35% y daño de inventarios con el 16%, son las prácticas ilegales más comunes. La falta de control interno deja entrever que las practicas más comunes son:
• Falsificación de documentos
• Robo de activos físicos o propiedad intelectual
• Pago por bienes o servicios no recibidos
• Uso de activos de una entidad para beneficio personal
• Incentivos, presiones y oportunidades como bonificaciones atadas a cumplimiento de resultados para manipular la información financiera
• Falta de supervisión
• Sobrepaso de los controles por parte de la alta gerencia
• Debilidad en la cultura ética
Estadísticamente, el 45% de los fraudes ascienden a cifras de hasta USD$10,000 mientras que el 20% ocurren en el rango entre USD$10,001 y USD$50,000.
La recomendación a los accionistas y administradores es implementar un marco de control interno financiero efectivo que les brinde una seguridad razonable respecto de las operaciones, cumplimiento de normas y la información financiera, periódicamente evaluarlo frente a los riesgos del negocio, brindar el apoyo necesario a revisores y auditores en sus indagaciones y ejecución de sus procedimientos de revisión de riesgo de fraude, gestionar la cultura del autocontrol y prevención en su negocio, mediante especialistas revisar los asientos contables de forma recurrente tanto en partidas no materiales (robos continuados en cuantía menores) como las materiales, revisar las estimaciones contables y la lógica del negocio en transacciones importantes, análisis de variaciones y relaciones inusuales en sus análisis de información financiera y no financiera.
La norma internacional de auditoría 240 establece los lineamientos y pasos para informar cualquier indicador de fraude, situación o ejecución y evidencia de fraude en los estados financieros.
La norma diferencia entre fraude y error, además establece los dos tipos de fraude relevantes para el auditor: a) malversación de activos y b) emisión de estados fraudulentos.
En los lineamientos de responsabilidad para el auditor en considerar el riesgo de fraude en su auditoria a los estados financieros alude a su actitud de escepticismo profesional, a las respuestas que obtuvo en su evaluación de riesgo como tal y a la comunicación que debe
mantener con la administración y los miembros de sus órganos directivos.
Lo anterior, deriva entonces en que el auditor debe conocer las características del fraude y distinguir entre una acción no intencional y una acción deliberada para catalogar un error o una irregularidad; el fraude esta relacionado con las acciones intencionales por parte de uno o más miembros empleados o de la Administración de la organización en colusión con terceros externos o no, a través de falsificaciones para la obtención de beneficios personales ilegales. El fraude desde la arista de esta norma, también se refiere a la manipulación de información financiera mediante la desviación de un principio contable, alteración, omisión errónea o intencional o falsificación de los registros contables o de
información relevante para la presentación de los estados financieros.
Las encuestas muestran que el 56% de las compañías sufrió un evento de fraude y que una de diez compañías registro más de una de estas situaciones en un plazo de dos años, que el tiempo promedio para que un fraude sea descubierto es de 18 meses y que el 50% de los casos se detectan por denuncias. Según estudios de KPMG el robo de dinero con el 35% y daño de inventarios con el 16%, son las prácticas ilegales más comunes. La falta de control interno deja entrever que las practicas más comunes son:
• Falsificación de documentos
• Robo de activos físicos o propiedad intelectual
• Pago por bienes o servicios no recibidos
• Uso de activos de una entidad para beneficio personal
• Incentivos, presiones y oportunidades como bonificaciones atadas a cumplimiento de resultados para manipular la información financiera
• Falta de supervisión
• Sobrepaso de los controles por parte de la alta gerencia
• Debilidad en la cultura ética
Estadísticamente, el 45% de los fraudes ascienden a cifras de hasta USD$10,000 mientras que el 20% ocurren en el rango entre USD$10,001 y USD$50,000.
La recomendación a los accionistas y administradores es implementar un marco de control interno financiero efectivo que les brinde una seguridad razonable respecto de las operaciones, cumplimiento de normas y la información financiera, periódicamente evaluarlo frente a los riesgos del negocio, brindar el apoyo necesario a revisores y auditores en sus indagaciones y ejecución de sus procedimientos de revisión de riesgo de fraude, gestionar la cultura del autocontrol y prevención en su negocio, mediante especialistas revisar los asientos contables de forma recurrente tanto en partidas no materiales (robos continuados en cuantía menores) como las materiales, revisar las estimaciones contables y la lógica del negocio en transacciones importantes, análisis de variaciones y relaciones inusuales en sus análisis de información financiera y no financiera.
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